Creo que el amor a Dios, a la naturaleza y a mi prójimo, es la base de
una vida noble y buena. Creo que la hermandad entre los hombres es más
humana y plena si es vivida bajo el cobijo de la madre naturaleza. Creo que desde
hoy debo cuidar el mundo que pertenece al futuro de mis hijos. Creo que
no hay nada más valioso y bueno que un ambiente sano en que viva gente sana.
Creo que haber vivido de espaldas a mis responsabilidades ambientales me ha
hecho inhumano, pero sobre todo, creo que eso puede ser distinto desde ahora
mismo... porque el cuidar del ambiente en que vivo es lo que propiamente me hace
ser humano.